Muy estimado lector: es usted bienvenido a esta sección de orientación para su espíritu. Le felicitamos por estarse ocupando de valores eternos.
UN DEBER UNIVERSAL.
“Quiero pues que los hombres oren en todo lugar, levantando manos limpias, sin ira ni contienda”. (1Timoteo 2:8).
“Tú oyes la oración; a ti vendrá toda carne”. (Salmo 65:2).
“Cuán grato ha de ser a Dios el salmo de adoración constante que, en mil idiomas, sube de la faz de la tierra”. (Berta de Gerli).
En casi todos los países del mundo donde se practique alguna de las grandes religiones, el feligrés es enseñado a orar. Es más, se han dado casos, en que, sin haber estado en contacto con religión alguna, los seres humanos, de alguna manera han intuido la existencia de un Ser supremo, Todopoderoso, Invisible, a quien pueden invocar en situaciones difíciles, y a quien deben mostrar gratitud por los beneficios recibidos.
Conocimiento grabado en el corazón. “…mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia…” (Romanos 2: 15).
Un propósito divino. “Después de aquellos días, dice el Señor: pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré…” (Hebreos 8:10).
Conocemos el caso de uno que se decía ateo, después de despotricar contra la Biblia y contra las religiones, usando epítetos muy fuertes, ya cansado, dijo: “¡Ay! ¡Qué infeliz soy, Dios mío!”. Otro, que no era muy creyente, después de pasar 24 días con varios compañeros, en una balsa, en la vastedad del océano Pacífico, escribió: “No hay ateos en esas terribles circunstancias”.
¿QUÉ ES ORACIÓN?
“Es el ofrecimiento de las emociones y deseos del alma hecho a Dios, en el nombre y por la mediación de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”. (Juan 16:23).
“Es la comunicación del corazón con Dios mediante el auxilio del Espíritu Santo”. (Romanos 8:26).
“Sin ese espíritu filial nadie puede ser cristiano”. (Salmo 10:4).
¿CÓMO Y DÓNDE PUEDO ORAR?
No se prescribe en la Biblia una postura uniforme en la oración. Hay cuatro que son más conocidas:
(1). Tener la cabeza inclinada. (Génesis 24:26).
(2). De rodillas, con las manos extendidas al cielo. (2 Crónicas 6:13).
(3). Postrado sobre el rostro. (Mateo 26: 39).
(4). De rodillas. (Lucas 22:41).
Algunas personas devotas tienen en su casa un pequeño cuartito, con un reclinatorio y una Biblia abierta. Ese es su lugar exclusivo para orar. Otros prefieren el silencio de la madrugada. Otros eligen ir a una iglesia o a un lugar de adoración. Otros, más veteranos, saben que pueden orar en cualquier lugar.
ORANDO EN UN LUGAR MUY EXTRAÑO.
Sobre este tema de la posición más apropiada para orar, se cuenta un incidente simpático: En una sala donde se estaban haciendo pequeñas reparaciones de albañilería, tres pastores discutían cuál sería la posición más apropiada para orar. Uno defendía la forma de orar arrodillado; otro la de pie con las manos extendidas hacia arriba. El tercero decía que cualquier posición era apropiada si existía sinceridad de corazón.
Como el tema se extendía largo rato, el albañil pidiendo permiso, les dijo: “¿Ustedes saben dónde estaba yo cuando oré con todas mis fuerzas, con toda mi vida y con toda mi alma? Estaba colgando por un pie, a unos 15 metros de altura. El andamio donde estaba trabajando se movió, resbalé y quedé colgando sólo de un pie. Oré con todo mi corazón hasta que llegaron los rescatistas. Sólo les pido que no intenten esa postura, pues es de mucho riesgo…”
UNA EMPLEADA QUE SABÍA ORAR.
Un pastor recibió el encargo de preparar una disertación sobre el tema “Orad sin cesar”. (1Tesalonicenses 5:17). Su trabajo debía presentarlo en el término de un mes. Empezó a pensar en ello, pero no encontraba la idea apropiada. Después de unos cuantos días hizo saber su apuro a la familia. Pasaron dos semanas, tres semanas y no aparecían las ideas. La empleada, que conocía de su aprieto, un día le dijo: “Pastor, no me quiero meter en sus asuntos, pero ¿usted no sabe lo que es orar sin cesar?
El religioso, un poco disgustado, le dijo: “A ver María, ¡qué tú sabes de esto!
Ella, con toda tranquilidad, respondió: “Cuando despierto en la mañana oro dando gracias a Dios por la vida, el milagro de la vida. Cuando me estoy poniendo la ropa normal, digo: Vísteme, Señor, con el manto de tu gracia infinita. Al estar limpiando mi boca, digo: Quita, Señor, de mis labios toda suciedad. Al encender la estufa para preparar el desayuno, oro así: Purifica mi alma, Señor, con el fuego de tu Espíritu Santo. Cuando quito las cáscaras de las verduras, digo: Quita, oh Dios, toda impureza de mi vida; deja sólo lo que sea agradable a Tu suprema voluntad. Al lavar la ropa de la familia, digo: Oh Dios de misericordia, que, así como me esfuerzo para dejar estos vestidos bien limpios, también me esfuerce, con tu santa ayuda, para desterrar de mi vida todo lo que no sea agradable a ti. Cuando salgo a recibir a los niños que llegan de la escuela, digo: Así como recibo a los niños con alegría, así esté preparada para dar la bienvenida a tu Hijo Jesús, en su segunda venida…”
El Pastor estaba boquiabierto, e interrumpiendo la sabia disertación de su ayudante, dijo: “¡Basta, María, basta! Dios ha revelado estas cosas sólo a los pequeños.” (Lucas 10:21).
DIVERSOS TIPOS DE ORACIÓN.
Por sanidad en las aguas. (Éxodo 15: 24,25). El pueblo peregrino tenía sed, y las aguas eran amargas. Moisés presentó el problema ante Dios y surgió el milagro.
Buscando confirmación en Dios. (Jueces 6: 39,40). Los israelitas estaban muy empobrecidos pues sus cosechas eran saqueadas por hordas madianitas. Dios escoge un líder. Éste desea que Dios ratifique su elección.
Rogando por un hijo. (1Samuel 1: 11,27). La mujer era estéril. Oró intensamente y Dios abrió su matriz. Tuvo 6 hijos. Uno de ellos fue el gran profeta Samuel. (1Samuel 2:21).
Para hacer frente a los enemigos. (1Samuel 7: 9,10). El poderoso ejército filisteo llegó para pelear. El profeta ruega a Dios y Éste atemorizó a los enemigos con un despliegue de truenos y relámpagos.
Demandando sabiduría y ciencia. (2Crónicas 1: 1-13). Salomón se consideraba pequeño para gobernar la gran nación. Dios le concedió gran sabiduría, riquezas, bienes y gloria.
Ante un gran reto idólatra. (1Reyes 18: 20-40). En el reinado del impío Acab la idolatría prevalecía. El gran profeta Elías busca reivindicar el nombre de Jehová y dar un golpe mortal al paganismo.
Por un apóstol condenado a muerte. (Hechos 12: 1-16). El rey Herodes aprisionó a Pedro pensando sacarlo al pueblo después de la Pascua. El ángel lo rescató de entre sus cadenas y guardianes.
La Sagrada Escritura es pródiga en ejemplos de oraciones contestadas. Sirvan estos siete ejemplos para demostrar esta aseveración.
DIOS PROMETE RESPONDER LAS ORACIONES.
Salmo 91:15. “Me invocará y yo le responderé…”
Isaías 58:9. “Entonces invocarás, y te oirá Jehová…”
Isaías 65:24. “Y antes que clamen, responderé yo…”
Lucas 11:9. “Y yo os digo: Pedid, y se os dará…”
Juan 15: 7. “Si permanecéis en mí… pedid todo lo que queréis, y os será hecho”.
Estas son sólo cinco citas, pero hay tantas promesas que el Señor atenderá nuestras plegarias, que los genuinos creyentes atesoramos como “segura y firme ancla del alma”.
ENSEÑANDO ESTA VERDAD A LOS ANALFABETOS.
Un pastor en una tribu congolesa, no había podido hacer comprender a los nativos el poder de la oración para obtener la respuesta de Dios a nuestras necesidades. Se le ocurrió una idea feliz. Aquellos congoleses no conocían el método de escribir y leer. Tomó un papel y escribió en él pidiendo a su esposa dos manzanas y una Biblia. El mensajero no atinaba a comprender qué era aquello. Y cuál fue su sorpresa al oír la lectura del papel y luego recibir las frutas y el libro. Regresó y luego toda la tribu aprendió a orar con fe y confianza. Orar es como escribirle una carta a Dios. Él la entiende y la contesta.
CONDICIONES PARA TENER ÉXITO EN LAS ORACIONES.
Contrición. (2Crónicas 7:14). “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren… y se convirtieren de sus malos caminos, entonces yo perdonaré sus pecados y sanaré su tierra”.
Sinceridad. (Jeremías 29:13). “Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón”.
Fe. (Marcos 11:24). “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá”.
Justicia. (Santiago 5:16). “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho”.
Obediencia. (1Juan 3:22). “Y cualquier cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de Él.
Estas son cinco de las cosas más esenciales para la oración que prevalece con Dios. Hay más cosas necesarias, dentro del santo marco de la doctrina cristiana. Las irá conociendo y Dios se las irá revelando poco a poco.
UN EJEMPLO DE ORACIÓN POR PRIMERA VEZ.
Una niña iba con sus padres a la iglesia y participaba de todas las actividades infantiles de esa comunidad cristiana: fiestecitas religiosas, competencias bíblicas, versículos de memoria, himnos, oraciones, giras campestres, etc.
Pasó el tiempo, los padres se separaron, ya no iban a la iglesia, ella se juntó con un hombre para formar una familia y tuvieron un hijo.
Algunos años más tarde, el niño enfermó gravemente. Ella estaba muy angustiada. Como vivían en áreas rurales estaban muy lejos de los centros médicos, los recursos monetarios no existían y la angustia crecía…
En ese doloroso estado se hizo una luz en sus memorias. Recordó que en la iglesia adonde había asistido hacía varios años, oraban por los enfermos y se sanaban. Hacía tanto tiempo que no oraba… pero debía intentarlo… Entró a su humilde dormitorio; se arrodilló al lado de su cama, y sin más protocolos, dijo: “Dios, si existes y me escuchas, envíame un misionero para que ore por mi hijo”. Se levantó más tranquila. Había un recurso que no había explorado. Era cuestión de esperar.
Y… ¡Oh sorpresa! Al día siguiente, a las nueve de la mañana, llegó el misionero con su impecable uniforme blanco. Hizo la oración de Sanidad Divina y el muchacho empezó a sanar.
Años después pude ver al joven de la historia, robusto y saludable.
LA ORACIÓN EN TIEMPOS MODERNOS.
El 1 de julio de 1943, protegidos por la oscuridad, tres mil barcos iban de Malta a las costas de Sicilia. Su tarea era difícil y peligrosa porque iban a establecer un punto de avance en la playa para efectuar una invasión.
Desde un alto cerro el general de las tropas vio partir a estos hombres, mientras que en las alturas muchos aviones les respaldaban. Después de mirar en silencio por algún tiempo, el general hizo el saludo militar a las fuerzas luchadoras, luego inclinó su rostro para elevar una oración. Uno por uno los hombres que le rodeaban siguieron su ejemplo en este acto de devoción.
Al fin el general levantó la cabeza y dijo al oficial que estaba de pie junto a él: “Ha llegado la hora en que después de haber usado nuestro criterio, nuestra preparación y nuestra destreza técnica, tenemos que dejar todo en las manos de Dios.”
Muchas veces durante la Segunda Guerra Mundial y aun después, este gran general tuvo necesidad de poner en oración los acontecimientos en las manos de Dios. El nombre de este devoto militar es Dwight D. Eisenhower.
Amigo lector, nos encontramos ante una fuerza extraordinaria. “La oración mueve el brazo de Dios que mueve el mundo. La oración da al hombre la satisfacción de sus más altos anhelos. Ella genera fuerza interior, luz espiritual, paz inefable y eleva el alma a una realidad invisible que está más allá del mundo material.” Haga de la oración su amiga entrañable: al levantarse, al prepararse para trabajar, en los viajes, al sentarse a la mesa, en sus relaciones sociales… Así caminará con Dios y Dios con usted.
¡Muy buen escrito que Dios le continúe regalando los medios para realizar su magnífica obra en la tierra, bendiciones!
gracias por sus palabras! Toda la gloria sea para Dios
Impactante
Dios añada bendiciones
muchas gracias por pasar a bendecirnos. Dios le siga bendiciendo a usted también